Quien me conoce sabe que no hay cosa que me guste más que irme a la carretera y los pueblos a ver paisajes bonitos, respirar aire fresco y desconectarme un poco de las obligaciones diarias.. estando en México, siempre que tenía oportunidad, tomaba el bus/tren/avión/auto y me iba a explorar. Eso no ha cambiado tanto aquí 😀 A veces toca ir sola, a veces con novio, a veces con amigos.
Les cuento del roadtrip que nos aventamos por Ring of Kerry ñ_ñ
Este era el grupo más latino que puedan imaginar: Argentina, Chile, Nicaragua y Mexico en una camioneta. Desde el principio acordamos que era un viaje de aventura así que lo único que teníamos seguro es que teníamos una camioneta con tanque lleno de diesel.. sin bookings (demasiado arriesgado para un bank holiday, que es lo que llamamos puente en México), sin itinerario, sin restricciones, salvo volver el lunes a buena hora a Dublín pues todos debíamos trabajar al día siguiente.
Algo bueno de ir en grupo es que siempre tienes con quién platicar, algo nuevo qué aprender y muchas charlas por compartir…
Total que nos lanzamos al viaje aventurero, primer inconveniente: un sensor de las llantas estaba activado en la camioneta, tuvimos que buscar una estación de servicio para que hicieran una revisión y el cambio de la llanta de refacción. Antes de eso nos paseamos por un pueblito llamado Birr (se pronuncia ‘burr’ y comimos algo para recargar baterías.
Tomamos camino a nuestra siguiente parada, Limerick, y ahí nos dimos tiempo de ver el castillo (verlo, porque entrar estaba muy caro!).
Una cosa que no es muy padre es que para visitar los castillos, la gran mayoría cobran, y estamos hablando de entre 15-25€ que aunque no es tanto, pueden significar 3 pintas por persona.. ahí es cosa de evaluar qué tanto deseas entrar a conocer el interior del castillo. Yo digo que si has visto uno, los has visto todos 😛
Estando en Limerick nos tomamos unas pintas e hicimos comida ligera para continuar nuestro viaje. Paramos en este lugar, que era el más pintoresco que encontramos:
De nuevo todos a la camioneta.. el día iba avanzando y había qué planear dónde íbamos a pasar la noche (recuerden, no teníamos reservaciones!) y pues seguimos nuestro camino por Ring Of Kerry dejando de lado la península de Dingle, que en nuestro plan inicial estaba pasar visitando Dingle. En fin, en el camino nos encontramos una playita increíble, Ross-Behy, donde hacía mucho viento y frío, tomamos algunas fotos y de nuevo a la camioneta.
La idea era visitar al día siguiente las islas Skellig, así que el hospedaje debía ser cerca de ahí. Fue un show encontrar un lugar con disponibilidad para 6, pues había un festival de música ese preciso fin de semana y tanto el pueblo de Portmagee como el pueblo contiguo, Cahersiven, estaban completamente llenos.. 😛 Al final logramos encontrar un adorable B&B con un costo de €30 por persona, una ganga! el sitio estaba súper lindo y nos aceptaron a los 6 por esa noche.
Contrario a lo que creíamos, un Bed&Breakfast no es tan caro si lo comparas con el precio de un hostal, que podría costarte 20-25€ y no te incluye un buen desayuno y compartes habitaciones con más personas (y aguantas ronquidos, olores y demás). Las ventajas de pagar esos euros de más son que vas a dormir en un lugar privado, limpio, con un buen desayuno y por lo regular las personas que los atienden son increíblemente buena onda!
Al día siguiente intentamos ir a las islas Skellig sin éxito. Al parecer, para tomar el recorrido en el barquito que te lleva allá, debes hacer reservaciones con mucha anticipación ya que es una zona protegida por la UNESCO y sólo permiten una cierta cantidad de visitantes, es normal que se llene, especialmente en el verano. Para ir ahí, debíamos tomar el barco en el pueblo de Portmagee.
No logramos el objetivo y seguimos nuestro camino por Ring of Kerry. Llegamos a un lugar que era algo así como un mirador, donde de hecho tuvimos a la vista las islas Skellig y estuvimos parados al borde del acantilado.
Después de deleitarnos la vista con los acantilados, nos metimos de vuelta a la camioneta a seguir la ruta.. paramos en una playa pequeña del camino: St. Finians Bay.
Cada lugar que visitábamos era mejor que el anterior.. y para muestra, la playa O’Carrolls, donde además de tener una bonita vista tiene muy buen ambiente. Encuentras un restaurante bar, por si tienes ganas de tomarte una pinta. Aquí los valientes se dieron un chapuzón (el agua, como se imaginarán, es helada!!)
Como creo que este post ya es muuuuy largo, les contaré la siguiente parte del recorrido, que es nuestro día en Killarney, en otro post.. sirve que les cuento todo a detalle de ese sitio pues es muy accesible para llegar desde Dublín.
No quiero despedirme sin decirles que decubrí con este viaje que vale la pena rentar un auto, de tal manera que te puedas mover libremente y parar prácticamente en cualquier pueblo que se atraviese en la ruta para comprar víveres, cargar gasolina, estirar las piernas, ir al baño, etc etc etc. Ir por las carreteras federales en lugar de las autopistas sería también la mejor opción ya que además de acercarte más a la vida en los pueblos, hay más cosas pintorescas y atracciones.
Los dejo por ahora, nos leemos pronto!
😀